jueves, 17 de julio de 2014

OSOBUCO GUISADO:

 
El osobuco, que en italiano significa hueso con agujero, es una carne sabrosa y tierna que corresponde a la pata de la vaca que va desde la pantorrilla hasta la corva. Sin hueso es el muy conocido morcillo, cosa que reconociendo mi ignorancia, me ha dicho mi madre hace 4 días.

Hoy os presento una receta de lo más tradicional y que no tiene ningún truco ni nada especial, porque no lo necesita, y porque, aunque muchos de vosotros ya la hayáis comido en numerosas ocasiones, yo no lo había probado nunca, y me ha encantado.

INGREDIENTES:
  • 4 trozos de osobuco de ternera
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1 puerro
  • 2 ajos
  • 2 tomates maduros
  • 1 vaso de vino tinto
  • Harina
  • sal
  • pimienta
  • clavos de olor
  • Aceite de oliva

PREPARACIÓN:

Para empezar, lo mejor es dar unos cortes al osobuco en los bordes para que al ponerlo en el fuego no se deforme (así no os pasa como a mi, como podréis comporbar al ver la foto :(). Salpimentamos, pasamos por harina, y sellamos con un chorrete de aceite de oliva en la sartén. Reservamos.

Pochamos la zanahoria, la cebolla y el puerro y los ajos, y a continuación añadimos los tomates troceados y lo dejamos unos minutos.

Pasado este tiempo añadimos el vaso de vino, la carne y los clavos de olor y caldo de carne y, a partir de ahí tenemos varias opciones para hacer el guiso:

  • dejamos cocer a fuego medio durante 2 horas y vamos añadiendo caldo.
  • 30 minutos en la olla express.
  • 5 minutos en la olla rápida.

Todas las opciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes, así que, que cada uno lo prepare como mejor le venga.

Una vez tenemos la carne en su punto, la apartamos y batimos la salsa con las verduras para que quede una salsa en la que podamos mojar pan hasta acabar con él.

Añadir unas patatas fritas en cuadraditos, o un buen puré de patata es ideal.

miércoles, 2 de julio de 2014

QUIMIOFOBIA:



Un día leyendo, descubrí un “palabro” que jamás había escuchado, "quimiofobia". Fui a buscarlo al diccionario y me encontré con esta definición, y, aunque la Real Academia de la Lengua Española no recoge este concepto, si encontré en la wilkipedia que consiste en una preocupación sobre los posibles efectos adversos de los productos químicos de síntesis , y el miedo irracional de estas sustancias debido a conceptos erróneos acerca de su potencial dañino.

Este miedo está muy de moda en el mundo de la alimentación, y al ir profundizando un poco más en el tema, me he dado cuenta del gran e interesante debate que hay sobre él.

Por un lado están los científicos, y más concretamente los químicos, tratando de explicar lo beneficiosa que es la química para la alimentación, y por otro los que defienden que todo tiene que ser natural. Y es justo ahí donde empieza el debate, que como siempre suele ocurrir, para alguien ignorante en el tema como yo, me quedo con el término medio, pero muy agradecida de haber leído las opiniones de algunos científicos como José Manuel López Nicolás,  que son muy interesantes y no tenía ni la menor idea sobre ellas.

La Ley Española de etiquetado de productos alimenticios prohíbe el hecho de que se ponga un eslogan en el etiquetado que pueda infundir temor al consumidor sobre ingredientes autorizados, pero en muchos casos, las etiquetas o bien rozan esa legalidad, o directamente la incumplen sin ningún pudor. Todos estamos hartos de ver “100% natural”, “sin conservantes ni colorantes”, cuando no es verdad y en el fondo todos lo sabemos.

Tenemos una doble moral a la hora de comprar comida. No se por qué queremos que todo sea “muy natural”, pero a la vez que dure mucho y no se ponga malo, cuando además sabemos que no es posible a día de hoy ser 100% natural.

Química es el veneno, drogas, pesticidas, los alimentos transgénicos. Si si, todo todo malísimo, pero tengamos en cuenta que química también son los conservantes preparados contra los hongos y bacterias, los pesticidas de origen natural, las latas de conserva, los envasados al vacío, los microondas, las neveras, y un sinfín de cosas.

La química tiene a día de hoy una imagen muy negativa, y ponerla como rival de lo natural es definitivamente un despropósito. Muchas veces hablamos sin tener conocimiento de la cosas y es cierto que nos ponemos a defender a ultranza todo lo natural, cuando tendríamos que empezar por tener claro, qué es natural y qué es química.

Lo que también es verdad es que esta tendencia a lo natural (que en realidad es falsa), viene dada por el hecho de que como en casi todos los ámbitos, la ciencia está también al servicio de empresas y patentes que sólo buscan el beneficio, y el problema es que estas industrias abusan de compuestos químicos que no están dirigidos a crear un producto saludable, sino que se e incluyen muchos aditivos para dar sabor, aroma, textura y por qué no, para camuflar la mala calidad.

Que se venden productos muy poco saludables no lo vamos a discutir, pero de ahí a rechazar los productos químicos va un mundo.

No todo lo natural es bueno ni todo lo artificial es malo. Y si no, que se lo pregunten a Walter White!!