miércoles, 28 de mayo de 2014

ALBÓNDIGAS DE LA BISABUELA SOFÍA:




Hoy vengo con un guiso de los que no pueden faltar en mi blog, unas albóndigas que llevo comiendo desde que tengo uso de razón, hechas por mi madre, por mi abuela, y que parece ser que vienen de mi bisabuela Sofía, a la que no conocí, pero que dejó cosas tan preciadas como ésta, y alguna que otra receta que también tengo pensado colgar en salpitriquis. Están deliciosas, y para mi son un regalo que os dejo con todo el cariño.

Ingredientes:

Albóndigas:
  • ½ kilo de carne picada de ternera
  • 1 huevo
  • 1 puñado de harina
  • 1 chorrito de leche (100 ml.)
  • 1 diente de ajo
  • perejil
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
Salsa:
  • 1 cebolla
  • 4 o 5 ajos
  • perejil
  • nuez moscada rallada
  • 3 rebanaditas de pan
  • 1 vaso de vino blanco
  • agua o caldo
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal
  • 1 sobre de aceitunas sin hueso
Toque de gracia:
  • ¾ kilo de zanahorias
Preparación:

Ponemos la carne picada en un bol, añadimos el ajo picado, perejil, un poco de sal, leche, y harina. Mezclamos todo muy bien y vamos cogiendo pequeñas cantidades de la masa y les famos dando forma redondeada, las pasamos por harina y las freímos en abundante aceite. Reservamos.

Freímos 2 o 3 ajos en lonchas gorditas con una cebolla. Escurrimos y ponemos en un vaso batidor con otros 2 ajos más (crudos), perejil y 2 o 3 rebanaditas de pan previamente fritas, y un vaso de vino blanco. Batimos todo bien y lo echamos en una cacerola. Añadimos sal, nuez moscada, las albóndigas, las aceitunas, cubrimos de agua y lo cocinamos durante 15 minutos a fuego lento.

Freímos las zanahorias en rodajas finas y las añadimos a la hora de servir.

Consejo: Para esta receta es mejor preparar mucha salsa, porque absorbe bastante.

Qué gustito “broders”, cuando hay comida familiar y “la mama” dice: “voy a hacer las albóndigas”. Desde ese momento, vamos haciendo hueco en el estómago. Gracias Sofía!!!

miércoles, 21 de mayo de 2014

FOODINI:


Ya tenemos ante nuestros ojos un nuevo invento para la cocina, que de tan asombroso da miedo, la impresora foodini.

Es una variante más de las impresoras 3D que está siendo utilizada para imprimir desde materiales para construir edificios, prótesis para el cuerpo humano, hasta alimentos.

Supongo que la reacción que nos provoca, es la misma que cuando apareció la lavadora, el microondas, y adelantos nuevos que son tan innovadores, que nos cuesta entender como algo bueno, y sin embargo sabemos que es solamente el principio de algo que es posible que en un futuro veamos en nuestras casas aunque ahora nos parezca imposible.

Esta máquina imprime comida, si si, de la misma manera que asamos, freímos, cocemos, rehogamos, ahora es posible imprimir el pan, por poner un ejemplo.

Ingredientes:

- Unos cuantos ingenieros informáticos.
- Otros tantos expertos en alimentación.
- Unas cápsulas en la que podamos introducir cualquier 
  alimento que no sea sólido.
- Un escáner 3D que pueda leer la forma que va a tener el alimento.




De esta manera, los restaurantes, que son los que la están demandando actualmente, pueden tener la comida dispuesta para servirla durante varios días, con ingredientes caseros.

Tenemos ante nuestros ojos otra nueva forma de mercado. De la misma manera que aparecen productos y recetas para microondas, a partir de ahora podrá haber recetas y productos para imprimir.

Y ni que decir tiene el factor social, porque algo tan preciso, también podrá cuantificar las calorías y hacer alimentos a medida en función de una dieta u otras variables.

Se abre el debate a la crítica de algo, que como funcione, será como el móvil, el portátil, el microondas, y mil inventos más que han surgido en los últimos años, tan criticados, y utilizados de forma masiva.

¿Qué imprimimos hoy?

miércoles, 14 de mayo de 2014

LASAÑA DE VERDURAS:



Hoy toca lasaña de verduras sin hidratos de carbono, es decir, que suprimimos las láminas de pasta que debería de llevar, por tiras de calabacín. Esta receta ha ido variando hasta llegar a lo que escribo hoy, pero empezó siendo un plato que se preparaba mi hermana Pepi, para llevarse al trabajo, cuando una ya está harta de comer siempre lo mismo, y además que no engorde. Empezó siendo lasaña de calabacín con jamón y queso, mucho más fácil y también buenísima. A base de ir variando y variando, al final la lasaña de calabacín, como más me gusta es así:


Ingredientes:

  • 1 calabacín grande
  • 250 gr. de setas (champiñones es una buena opción)
  • 2 cebollas
  • 1 pimiento rojo
  • 1 pimiento verde
  • 1 berenjena
  • Espinacas
  • Queso (yo lo hago con queso manchego, pero admite cualquier otro)
  • Sal
  • pimienta
  • aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Cortamos el calabacín por la mitad, y vamos haciendo tiras finas con el cuchillo como las que se ven en la foto. Las pasamos por la plancha con una gotita de aceite para que se hagan un poco y reservamos.

Hacemos un sofrito con una de las cebollas y los champiñones, sal y pimienta. Apartamos y cuando esté templado añadimos la nata líquida para cocinar y lo batimos para que nos quede una crema untable. Reservamos.

Cortamos el resto de las verduras, excepto las espinacas y las pochamos. En este caso, yo he puesto pimientos cebolla y berenjena, pero se puede hacer con cualquier otra combinación.

Una vez que tenemos todo, cogemos un recipiente para horno, y vamos haciendo capas por este orden:

1º calabacin
2º crema de setas
3º verduras
4º una cama de espinacas crudas
5º queso

Repetimos varias veces hasta que llenemos el recipiente, y dejamos que la última capa sea de calabacín. Al final añadimos el queso rallado y ya sólo lo tenemos que meter al horno para gratinar, porque el resto de los ingredientes están hechos.

Otra opción:

Al que no le gusten las setas o los champiñones, lo puede sustituir por salmón ahumado, batiéndolo con la cebolla y la nata, también está riquísimo.

miércoles, 7 de mayo de 2014

ORTOREXIA:



Hoy escribo sobre un tema relacionado con la comida, pero en este caso hablo de algo nada agradable, la ortorexia.

Es una enfermedad alimentaria y psiquiátrica, que como otras, resulta de una incapacidad de enfrentar miedos, refugiándose en la comida, y consiste en que el hecho de tratar de llevar una dieta sana, se convierta en una obsesión, y en algunos casos puede llegar incluso a generar comportamientos paranoicos.

La persona que sufre este trastorno, parte de la idea de llevar una dieta sana, basada en consumir productos puros, orgánicos, no industrializados. Por este motivo y por la dificultad que ello conlleva, poco a poco va suprimiendo alimentos que considera que pueden ser tóxicos para su organismo. Ante la duda de comer algo que supone que no es sano, o no comerlo, la segunda opción es la que se escoge.

Llevar una vida sana, es algo que la mayoría pretendemos, y sabemos que eso consiste en cuidar lo que comemos, hacer ejercicio de manera habitual, y lograr ese equilibrio que no siempre es fácil, pero que más o menos se puede conseguir.

Las personas que más riesgo tienen de sufrir este problema suelen ser inteligentes, exigentes y sensibles, con poca autoestima y que necesitan mucha valoración de el exterior. La cuestión es que al ser tan exigentes, se autoimponen una dieta, una disciplina a seguir, que no pueden incumplir, tienen que comer a una hora determinada, un número concreto de veces al día y si no lo hacen, es cuando llegan los nervios, el estrés y la ansiedad. Por este motivo, una de las consecuencias es la no socialización, porque no se pueden permitir salir a cenar, a comer, o cualquier cosa que suponga el riesgo de comer algo que ellos consideran que no pueden permitirse.

¿Cómo se sobrelleva el hecho de no socializar? Sintiéndose superiores. Ellos no van a cenar, o no salen con sus amigos porque piensan que están haciendo lo correcto para no intoxicarse.

Cuando uno se pretende cuidar, no puede pensar en comer solo lo que le gusta, pero lo contrario es también fatal. Un ortoréxico verá cada alimento pensando en su composición y en los posibles efectos que causará en su organismo.

Es un trastorno obsesivo-compulsivo que tiene que tratar de resolverse bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico puesto que hay que reconducir la manera de alimentarse, de comportarse con la gente que nos rodea, la autoestima, las carencias alimenticias e incluso las consecuencias físicas que se pueden llegar a tener, tales como: problemas de tensión, hipertiroidismo, problemas cardiovasculares, depresion, osteoporosis por falta de calcio, falta de energía …

En resumen, tan relevante es darle la importancia que tiene a llevar una dieta sana, como no obsesionarse por ello, aunque lo que está claro es que el que sufre esta obsesión, no creo que sea por elección propia.

Respeto por la comida es respeto por uno mismo.