miércoles, 30 de abril de 2014

TORTILLA CARAMELIZADA:




La tortilla de patatas es para mi gusto “la receta”. Es algo que cumple con todos los requisitos de un bocado extraordinario. Sus ingredientes son pocos, humildes, y sin embargo el resultado es en mi opinión, digno del mayor elogio. Eso si, una buena tortilla de patatas no es fácil de encontrar. Casi cualquiera hace una tortilla, pero ¡Ay amigos! ¿Una que esté buena? Pocas, pocas.

Aquí os dejo una pequeña variante de la tortilla de patatas, sin mas misterio que sustituir la cebolla “a secas” por cebolla caramelizada. En este caso tenemos que hacer las patatas por una parte, y la cebolla por otra, y una vez que las tengamos, mezclarlas y hacer la tortilla.

Os paso un enlace en el que aparece la cebolla caramelizada que yo preparo, y el consejo más importante: Con esta tortilla hay que tener un poco más de cuidado con el fuego, porque la cebolla tiene azúcar, y es más fácil que se nos queme por fuera, así que hacerla a fuego más bajo de lo que la hacemos normalmente, y así se hará por dentro, sin que se quemen por fuera las zonas de cebolla caramelizada.

Bien es cierto que tengo que reconocer, que si tengo que elegir, me quedo con la clásica, pero ésta es una variedad original, sencilla, y sorprendente. Sin duda merece la pena prepararla en alguna ocasión.

Que aproveche!

miércoles, 23 de abril de 2014

LENTITUD CULINARIA


 
Porque comer es un placer, ¿Quién quiere que dure poco?.

Hoy escribo para hacer referencia al movimiento slow, y más concretamente, al “slowfood”. Porque la mejor manera de retomar mi blog, es transmitiendo mi idea de entender la cocina, y el respeto por la comida.

Cualquier persona a la que le guste cocinar, entiende que tener el privilegio de contar con tiempo para hacer una buena receta, es una de las mejores maneras de disfrutar y relajarse. Preparar comida para que disfruten otras personas, puede ser de lo más satisfactorio.

Slowfood es un movimiento que surge con la intención de de frenar la velocidad con la que comemos, cocinamos, compramos los alimentos, y abandonamos los buenos hábitos que todo esto conlleva. Dedicado a potenciar las tradiciones gastronómicas locales, paliar en lo posible la comida rápida y dar el valor que tiene que tener el conocimiento de la nutrición. Es un estilo de vida, que pretende desencadenarnos de ese frenesí al que estamos acostumbrados, y gozar de todas las ventajas de hacer una comida lenta, pausada, que nos haga disfrutar de los aromas, los sabores y apreciarlo en buena compañía.

Me gustaría transmitir la idea de intentar evitar siempre que podamos, engullir o repostar, y tratar de disfrutar de la comida casera y de la alegría que esto produce, porque para mi, es totalmente cierto lo que dijo Óscar Wilde “ Después de una buena cena, uno puede perdonar a cualquiera, incluso a sus parientes”.

Bien es verdad que el movimiento slow, es en algunas ocasiones puede resultar algo elitista, pero también es cierto, que ésto solo es un aspecto y una conclusión a la que se puede llegar cuando no se ha profundizado sobre el tema. El hecho de que exista un movimiento que se preocupe por las exquisiteces gastronómicas hace que muchos alimentos no estén extinguidos. La industria alimentaria a escala global, genera una mayor producción a bajo coste, pero el slowfood apuesta por la biodiversidad, algo fundamental, y no sólo para la gastronomía, sino como dice Carlo Petrini (fundador de slowfood), también para el patrimonio cultural histórico, porque los alimentos también representan la tradición y la identidad de un país.

La biodiversidad hace una aportación definitiva a la alimentación, y la excusa más utilizada para pasarla por alto, es que hay que alimentar a una población cada vez más numerosa, logrando una mayor producción, sin tener en cuenta las consecuencias. En el cultivo natural de un alimento, se encuentran otros organismos, bacterias y seres microscópicos. La utilización de plaguicidas, hace que se rompan estas cadenas, así que cuando se abandona la biodiversidad, las variedades pueden extinguirse y esto es peligroso a la hora de tener que adaptarse a condiciones cambiantes. Es además contradictorio basarse únicamente en una mayor producción, cuando todavía hay un alto porcentaje de población pasando hambre, y otro más alto aún desperdiciando comida. Hemos de preguntarnos también, si lograr una mayor producción en un corto periodo de tiempo, no es algo que a la larga consiga el efecto contrario, por el sencillo motivo de que la tierra está ya tan estresada, como lo podemos estar nosotros.

Slowfood demuestra también que no pretende ser un movimiento minoritario, cuando defiende premisas como que cocinar en casa también es una buena manera de ahorrar dinero, y poderse dar el gusto de comer con parsimonia, no tiene por qué implicar comer caro. Y ni que decir tiene, que es mucho más saludable. Cocinar una gran cantidad de comida y congelarla, es una buena manera de comer casero y ahorrar tiempo y dinero. Tratar de desperdiciar la menor cantidad de alimentos, comprar productos de temporada, son temas que promulga también slowfood, y ésto amigos, tiene bien poco de elitista.

Sentarnos en la mesa con amigos a comer, y no mirar el reloj, es un privilegio que creo que nos podemos dar, en más ocasiones de las que creemos, pero la falta de tiempo y de dinero, en ocasiones son verdaderas razones, y otras muchas en las que ni tan si quiera somos conscientes, son también dos buenas excusas.

Cuando la prisa no es un ingrediente de la receta, la comida tiene otro sentido, otro sabor.